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martes, 29 de junio de 2010

¿GANAMOS EL MUNDIAL DE LA GESTION ORGANIZACIONAL?

La empresa Asertiva


No me cabe la menor duda, es el mes del fútbol y es poco probable que nos quede tiempo para reflexionar sobre los temas vinculados al management, el control de gestión y la arquitectura organizacional, pero hagamos un esfuerzo utilizando las claves de este popular deporte para ir poniéndonos a tono con el día D, después del partido final.

Junio 2010 es el mes de la emoción para los amantes del fútbol. La emoción es la alteración del ánimo producto de un interés puesto en expectativas sobre algo que está ocurriendo. Es un fenómeno físico y psicológico porque altera la atención y la conducta y activa los sistemas biológicos. También se la considera un canal por donde pasan las influencias innatas y aprendidas.

Cuando la emoción nos embarga, se nos hace difícil poder pensar adecuadamente. Para tomar decisiones correctas la ciencia aconseja que en el momento de elegir, es mejor no dejarse llevar únicamente por las emociones, y se debe reflexionar racionalmente.
Algunas organizaciones viven actuando a través de la emoción, y otras rechazan de plano dicho status considerando todas las cuestiones dentro de los términos de la matemática, las finanzas, los costos y los beneficios de corto plazo. “Algunas empresas viven de emoción en emoción, de partido en partido, y otras viven inmersas en la partida doble”.
Una organización es un todo, en donde encontramos activos tangibles (mercaderías, facturas, resmas de papel, documentos, escrituras, maquinarias, etc.), y activos intangibles, en el medio, encontramos personas.
Pensar que podemos manejarnos exclusivamente desde la extrema racionalidad es un error tan grave como el otro extremo, la emocionalidad total.
Cuando escuchamos a un responsable de una organización decir “No tengo empleados que valgan la pena, lo tengo que hacer todo yo” – “ninguna de las propuestas que me traen son aplicables” – “no tienen motivaciones para trabajar, son todos vagos”, etc. Nos encontramos ante personas que aplican un estilo que podríamos llamar: “gestión emocional extrema”.
Cuando observamos organizaciones que despiden personal en cantidad, de distintos perfiles, edades y posibilidades de inserción, por razones estructurales, sin haber previamente trabajado en medidas del tipo outplacement (desvinculación programada o asistida de un individuo desde una organización, para la búsqueda de un nuevo empleo o reorientación a una nueva actividad), nos encontramos ante el otro extremo, el estilo “gestión racional extrema”.

De acuerdo a definiciones de wikipedia, la asertividad se la define como: ...estrategia y estilo de comunicación,……se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad (o no asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos….
Amparado en esta definición podemos decir que la empresa asertiva es aquella que toma decisiones de management y gestión basadas en una combinación de emoción y racionalidad de proporciones justas.
Hay compañías que se marchan al descenso porque su gestión se ampara estrictamente en lo emocional, careciendo de método, profesionalismo y concepto, rifando su patrimonio, endeudándose al extremo, conjugando prácticas que dieron resultados en tiempo pasado, o frenando sistemáticamente el crecimiento filtrando toda idea por resultar ajena a su sistema de creencias, y también encontramos otras que se amparan en una estricta relación profesional – laboral, transformando el clima interno de trabajo en un ámbito insalubre, donde la creatividad e innovación brillan por su ausencia, donde la alegría, el disfrute por la tarea realizada y las satisfacciones emocionales son prescindibles.
A lo largo de mi vida profesional he observado que las compañías juegan su destino en distintas ligas, todas ellas trabajan, algunas cierran como consecuencia de groseros errores, pero otras siguen su paso sin cambiar en nada.
Por consiguiente tenemos, empresas que juegan en la primera división, y otras que siguen y seguirán en las categorías menores. No se puede jugar cosas importantes sin cambiar. No es posible clasificar al mundial si no se cuenta con equipo, tampoco es posible disputar copas internacionales de clubes si no se modifica la estructura y se prepara a la compañía para formar parte de eventos internacionales.
Es posible que muchas empresas familiares quieran dar el salto de calidad en este sentido, en cuyo caso lo primero que se debe hacer es un diagnóstico estratégico. Hay compañías que todavía confunden patrimonio empresarial con patrimonio personal, otras tienen parientes en puestos claves sin formación adecuada, tomando decisiones sobre temas que desconocen, otras sencillamente no han decidido que quieren ser y como llegar a serlo. Faltan planes de sucesiones, arquitectura organizacional, procedimientos y procesos de transformación, hace falta un cambio profundo.

La pregunta es, ¿qué haremos cuando termine el mundial y las emociones bajen a valores normales?, ¿Cuándo retiremos el televisor del comedor de planta o administración, y terminemos de festejar?, ¿es posible transformar nuestra compañía en una empresa de prestigio internacional con la misma mentalidad?

Sea usted del equipo que sea, disfrute Junio si le gusta el fútbol, pero no siga viviendo en dicho mes al culminar el mundial, acuérdese que tenemos asignaturas pendientes. Recuerde que la empresa asertiva es posible si tenemos la aptitud y la actitud para plantearnos migrar hacia ella. Recuerde que podemos ganar torneos de menor jerarquía con el sistema de pensamiento actual, pero que no le será posible jugar un torneo continental sino se cuestiona el diseño organizacional de su emprendimiento.
Finalmente, si accedemos al torneo continental como producto de un cambio profundo, recuerde que tendremos que trabajar en su sustentabilidad si queremos además de figurar, lograr algún éxito.



Lic. Claudio M. Pizzi