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viernes, 23 de septiembre de 2016

¿ANÁLISIS CUANTITATIVO O CUALITATIVO EN RIESGO CREDITICIO?

 
El análisis de riesgo crediticio ha pasado por diferentes etapas a lo largo de su historia. Al principio se lo consideraba como un trabajo artesanal en donde el vínculo entre el analista y el prospecto era mucho más que la técnica empleada.



Con el correr del tiempo y la incorporación de nueva tecnología y ciencia, el proceso se perfeccionó a través del diseño de herramientas cada vez más sofisticadas.







En las etapas iniciales allá por los años 30 y 50, el foco era puesto en el balance, el cuadro de resultado y los flujos de fondos.

En la actualidad se cuenta con modelos para calcular las probabilidades de incumplimiento como el de regresión lineal, modelos logit y probit, hasta llegar a las redes neuronales. Modelos de ratings y scorings que son construidos a medida de las empresas o que pueden ser requeridos a las empresas proveedoras de informes comerciales.

La estadística, la econometría y otras experiencias matemáticas se utilizan para lograr modelos capaces de predecir el comportamiento de pago de los clientes. No obstante ello, estos estudios son “aproximaciones respecto de los comportamientos de los seres humanos”. El estado del arte por lo menos hasta el presente, no ha podido ser reemplazado por la tecnología, y esto se debe al constante cambio que experimenta el ser humano. Su actividad social, su vinculación con diferentes culturas, las costumbres, las formas en que se toman las decisiones. El hombre se encuentra en etapa de evolución y este es el principal factor motivo por el cual, al utilizar métodos matemáticos podemos hablar de “aproximaciones”. En un mundo cambiante, dinámico, complejo, impredecible, interconectado, y fundamentalmente “desigual” en términos económico – financieros,  el estado del arte se encuentra más que presente.


Los sistemas de evaluación han servido y sirven para obtener relaciones comparativas de casos, para evaluar masas críticas de prospectos, pero no llegan a la esencia del ser humano y su sistema para tomar decisiones. Por lo menos no hasta el presente.
Existen en la actualidad economías demasiado informales que requieren de la evaluación cualitativa y relacional para poder establecer el riesgo real en materia crediticia.  El riesgo no puede ser medido sin partir de la definición concreta.


¿Qué es dar crédito para mí, para mi organización?


Se desempeñe usted en una empresa financiera o en una comercial, de la definición misma de la actividad, surgirá el nivel de riesgo crediticio deseado o tolerado. Solo a partir de allí podría funcionar adecuadamente cualquier sistema de evaluación que se proponga, utilizando las reglas del arte, la ciencia y la tecnología.
Si crédito representa, prestar un determinado nivel de capital de trabajo asegurando su retorno en los términos y condiciones en los que fue cedido y securitizando las operaciones al máximo, es una política con base estrictamente financiera.



Si en cambio representa, el acompañar el crecimiento y desarrollo de nuestros clientes, es otra, la cual importará un tipo de riesgo evolutivo y complejo.



Cualquiera sea la definición de política de crédito que usted quiera implementar en su organización, su sistema de análisis deberá combinar herramientas del tipo cuantitativo y cualitativo. La regla de Pareto dice (aplicado al crédito) que el 20% de las empresas son grandes corporaciones, y el resto son pymes, empresas de familia y familiares. Con más razón se requiere poner énfasis en la definición de políticas antes de estudiar los instrumentos a incorporar.




El mix exacto entre lo cuantitativo y cualitativo, no es posible determinarlo de manera lineal, dependerá del tipo de organización que estemos evaluando, pero de algo estamos seguros. Ambos componentes deben estar presentes a la hora de realizar un buen análisis de riesgo crediticio porque los resultados de las empresas, no se obtienen tan solo de arbitrar recursos económico – financieros, sino del manejo de los recursos humanos y sus potencialidades. Para esto último, entre otras cosas, es requerido el análisis cualitativo.


Lic. Claudio M. Pizzi
Director

www.dorbaires.com

domingo, 4 de septiembre de 2016

Tips para sostener reuniones eficaces con el personal

Como todos sabemos, en las organizaciones se suelen sostener diferentes tipos de reuniones, pero no siempre las mismas son efectivas. No siempre se obtienen buenos resultados o se llega a buen puerto luego de ellas.
Mencionaremos algunas cuestiones, y solo algunas que deberán tenerse en cuenta para que las mismas prosperen.

CONCEPTO
Las reuniones de trabajo son una herramienta utilizada para elaborar planes, diseñar estrategias, evaluar desempeños, fomentar la participación de los empleados.
Una reunión puede definirse como el “evento en que dos o más personas se juntan para discutir un tópico predeterminado tal como la planificación de un evento de negocios, evento de la comunidad, etc. normalmente de manera formal”.

Se realiza para cumplir una meta de un grupo de personas, tomar decisiones, y tomar acciones, compartir información, identificar, desarrollar o juntar ideas, para buscar el apoyo del grupo u organización en el logro de una meta.
Expertos en el tema afirman que las mejores horas para realizar reuniones son las 9:00a.m. ( antes de comenzar el día) y 3:00 p.m. (después del almuerzo).
Las reuniones sólo deben realizarse si realmente son necesarias. Debemos tratar los temas que son del interés de todos primero y luego los que son más particulares, esto es para que las personas que no se les requiere estar en la reunión completa puedan retornar a sus puestos de trabajo.

Si la reunión normalmente se alarga, seguir los siguientes pasos para corregirlo: 

1. Planificar la agenda cuidadosamente.
2. Asignar que alguien lleve o controle el tiempo de reunión.
3. Rechazar discutir puntos fuera de agenda (se debe tomar notas para incluirlos en otra agenda).
4. Evaluar el proceso de reunión al final de la misma.
El tiempo de reunión puede ser acortado si se asigna la obtención de información o la revisión de documentos previo a que sea realizada.

El objetivo de las reuniones varía dependiendo del tipo de reunión convocada.

Reuniones para informar: 
Reuniones para informarse:
Reuniones para debate público:
Reuniones para desarrollo del personal:
Reuniones para solucionar un problema:

A mayor cantidad de participantes, aumenta la duración de las reuniones y se reduce su efectividad.

Mantener el número en límites razonables: no más de diez en reuniones que demanden alta interacción como es el caso de las destinadas a solucionar problemas. Puede llegar hasta 15 ó 20 en las de formación de personal y desbordar esos límites en las meramente informativas.
El principio es mantener el tope al mínimo posible. Las cifras pequeñas potencian la interacción y permiten llegar con más rapidez a un clima de trabajo en grupo (además son más baratas). Las cifras grandes (más de 20) obligan a seguir métodos parlamentarios con lo que la participación se reduce.

ROLES QUE DEBEN PARTICIPAR:

 Los que saben (conocimiento, habilidades, experiencia)
 Los que están interesados (líder, cliente, gerente de proyecto, interesados en general)
 Los que pueden (dedicar tiempo para ejecutar, autoridad para implementar)

Siempre debemos tener en mente que las reuniones son actividades costosas si no llegan a ser efectivas, esto implica que las mismas deben de enfocarse como todas las demás actividades importantes de la empresa.
Una agenda debe contener: lugar de reunión, qué deberán llevar los asistentes, se debe leer previo a la misma, los puntos que serán cubiertos, fecha y hora en que será realizada, lista de participantes y duración de la misma. Si la agenda no pudo entregarse con anticipación se puede distribuir al comienzo de la reunión y también se les puede preguntar a los participantes si desean incluir algún tema adicional.

Objetivos de la reunión - contenidos

  • Tema
  • Fecha
  • Hora de inicio y fin
  • Lugar de la reunión
  • Participantes
  • Quien convoca la reunión
  • Puntos de la reunión
  • Tiempo aproximado
  •  Responsable


Establecer reglas para las reuniones, por ejemplo: horarios, puntualidad, métodos para decidir, interrupciones permitidas , confidencialidad. Dichas reglas, deben ser establecidas por todos los participantes.
Esboce la agenda de la próxima reunión.
Antes de terminar, haga una recapitulación de los temas tratados (insistir en las conclusiones, tareas lanzadas, responsables).
Deben quedar claras las tareas distribuidas a sus responsables.
Evaluar la reunión y registrar las conclusiones.

Terminar la reunión 5 minutos antes, los participantes valorarán el gesto.

Si se generan compromisos durante la reunión, estos deben quedar asignados e incluidos en un plan de acción en donde se establezca cómo mínimo el responsable y la fecha estimada de término. Lo ideal en este aspecto sería que cada participante tenga asignado uno de los puntos para que todos se envuelvan en la dinámica de la reunión. Las decisiones a que ha llegado el equipo deben ser documentadas.

Tareas post reunión

Pasar en limpio el acta (minuta) de la reunión:

Redactarla lo antes posible para no perder información.
Ordenarla por unidades temáticas y no por orden cronológico de la discusión.
Identificar las tareas lanzadas, con responsable y fecha de finalización.

El equipodorbaires

www.dorbaires.com