El
liderazgo ha sido materia de estudio desde tiempos inmemoriales. No cabe duda
que la palabra refiere a “conducción” por cuanto se necesitan tres aspectos
básicos para poder entender de qué se trata. Un líder (el individuo), un grupo
de seguidores (lo colectivo), un contexto en donde ese líder se moverá y
actuará.
Desde
la época de las cavernas cuando el hombre decidió trabajar en equipo para
organizarse, cazar para alimentarse y protegerse de animales peligrosos, eligió
ser conducido por aquellos que tenían una mayor intuición sobre las situaciones
específicas que debían sortear. Mucho de prueba y error debería haber habido en
esos tiempos, lo cierto es que a lo largo de la historia hemos conocido líderes
buenos, malos, políticos, organizacionales, que han dejado sus huellas. Nos han
llevado a la guerra, a la paz, han hundido organizaciones y las han salvado de
la quiebra.
El
liderazgo hace la diferencia, de eso no cabe dudas, pero no es para tibios. Si
una organización desea contar con sus servicios, tendrá que entender algunos de
los principios básicos que rigen estas cuestiones. Vamos a mencionar algunos.
Un
líder de masas es diferente a uno de equipo. Éste último suele convivir con sus
miembros.
Es
importante que el líder de equipo tenga conocimientos. Su tarea no es tan solo “convencer
y conmover” utilizando el carisma para que el grupo logre resultados
extraordinarios. Para orientar a un grupo, el líder necesita “saber”, porque el
conocimiento técnico genera y refuerza la confianza.
El
líder es un empleado, no el enemigo del empresario, trabaja para usted. No
disputa poder, ejerce su rol para cumplir con un objetivo. El que compite con
los líderes de equipos, expresa temor. Siente que pierde el control de los
empleados que siguen a otro o consultan más a otro que a uno mismo.
No
siempre los líderes en las organizaciones, tienen la representatividad de un
cargo, a veces coincide y a veces no. Un líder puede no ser supervisor, jefe o
gerente. NO hay nada de malo en eso.
Si
un líder lo sorprende con un planteo o problema que representa a su grupo,
despidiendo al líder no resuelve el conflicto ni los evita a futuro.
En
el texto: “Viaje al Corazón del Liderazgo, una historia sobre líderes, equipos
de trabajo y responsabilidad social”, página 207, dejo una frase que resume esta
situación y dice:
“solo puedes controlar la fuerza del liderazgo dentro de los
principios del liderazgo”.
Es
una fuerza que puesta al servicio de una empresa, comunidad, país, puede
obtener logros transformacionales. Para ejemplo basta un Mandela, Gandhi, un
Lee Iacocca el salvador de la Chrysler o Steve Jobs, el revolucionario de
Apple.
No
es necesario esperar tales logros de un jefe de equipo, sí que mantenga en alto
la motivación de su grupo y genere compromiso con las tareas a realizar. En
épocas difíciles, su figura se torna fundamental para obtener resultados más
allá de los convencionales, pero no es sencillo obtenerlos sin un diseño
organizacional que lo respalde. Si usted
pretende lograr el liderazgo en las ventas, en las cobranzas, en la producción,
en el mercado, necesita del liderazgo aplicado a la práctica.
No se trata
de darles riendas sueltas a las personas o enviarlos a un curso de capacitación
para aprender a liderar, solamente. Se necesita reorganizar la empresa en
términos de estrategias y políticas de management para que funcione
adecuadamente.
Muchas
personas brillantes fracasan en empresas en las que no tienen el lugar
adecuado. Las organizaciones, pagan un alto precio en costos de oportunidad por
no contar con un diseño sustentable que pueda contener y facilitar el trabajo
de los líderes de equipos. De hecho, en
no pocas, el concepto de equipo es simplemente una teoría porque a la hora
de analizar a fondo sus prácticas, observamos competencia exacerbada entre personas
o departamentos, que atentan contra el resultado global de la empresa.
El
liderazgo aplicado a los equipos de trabajo, sencillamente debe representar un
aumento “sustentable”, repito, “sustentable” de la rentabilidad para las firmas
comerciales, un aumento de la productividad y cumplimiento de objetivos en una
sin fines de lucro. Un aumento del bienestar integral de los ciudadanos en el
aspecto político.
Si esto no ocurre en el mediano - largo plazo es porque no
hemos dado en la tecla a la hora de su diseño, implementación y control
organizacional. A la hora de entender en profundidad su valioso aporte en los
tiempos dinámicos y complejos en los cuales nos toca desarrollar nuestras
actividades.
Lic. Claudio M. Pizzi
Director
Cursos in company - conferencias - diseño organizacional
www.dorbaires.com
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