Una vez que se tiene conciencia del problema, el
del cambio se convierte en un
proceso que a
gerente debe preocupar.
Para ir centrando mejor el tema, empecemos por dar
una
de qué entendemos por
resistencia al cambio: La resistencia al cambio se define como la
reacción negativa que ejercen los individuos o los grupos que pertenecen a una
organización ante la modificación de algunos parámetros del sistema
organizativo.
La mayor parte de los cursos de administración MBA
abordan el tema con
, y por lo general se incluye en los seminarios y en los libros de
administración. La atención que se le concede no resulta exagerada.
Muchos gerentes se sorprenden cuando individuos o
grupos se rebelan a causa de pequeñas modificaciones. Sin embargo, para los
afectados la amenaza del cambio es real, aunque las reacciones parezcan
desproporcionadas a quienes se encargan de llevarlo a cabo.
El fenómeno resultó de especial interés para los
psicólogos.Kurt Lewin, un
destacado investigador, simplificó el problema del cambio cuando describió
gráficamente la oposición de las fuerzas que intervienen en este proceso:
En el esquema de Lewin se representa el
enfrentamiento entre los factores que hacen deseable un cambio, y los que se
resisten a éste. En la sección donde se explica cómo utilizar esta estrategia,
el esquema se transforma en un instrumento que ayuda a lograr la aceptación del
cambio.
La resistencia al cambio.
Vale la pena hacer algunos comentarios sobre la más
popular de todas las causas de fracaso mencionadas: la resistencia al cambio. Douglas Smith, en
su obra Taking Charge of Changemenciona que "...la ignorancia sobre
la intima naturaleza de nuestra resistencia a cambiar es lo que mata el cambio,
y no la resistencia en sí misma...".
La resistencia al cambio es un síntoma absolutamente
. Ahora bien, ¿cuales son los motivos que pueden ocasionarla?
En primer lugar, en la
de la pirámide, nos encontramos
con que las personas que no conocen lo suficiente, tienden a demorar el
cambio, lo que es percibido como cierta forma de resistencia. Esta ignorancia
esta generalmente ocasionada por:
·
La falta de comunicación sobre el proyecto de
cambio. En general se resiste cualquier
de cambio si no se conoce en que
consiste, para que se lleve a cabo y cual es su impacto en términos personales;
·
La visión demasiado parcializada del cambio. En
numerosas ocasiones las personas juzgan negativamente al cambio exclusivamente
por lo que sucede en su ámbito de influencia (su grupo de
, su sector, su gerencia), sin considerar los beneficios globales que obtiene
la
en su conjunto.
Si las personas tienen
suficiente información sobre
el cambio, pueden ofrecer cierta resistencia simplemente porque perciben que no pueden cambiar. Sucede que se sienten condicionadas por la
organización, no saben como hacer lo que deben hacer o no tienen las
habilidades requeridas por la nueva situación. Esta sensación provoca cierta
inmovilidad que es percibida como resistencia a cambiar.
Algunos factores que contribuyen a esto son:
·
el tipo de cultura
organizacional (concepto
ya estudiado en este Rincón) que castiga excesivamente el
error;
·
la falta de capacidad individual, que limita el
accionar concreto;
·
las dificultades para el trabajo en
, necesario para revisar todo el esquema de interacciones que propone el
cambio;
·
la percepción de la falta de recursos, ya sea en
medios económicos o humanos;
·
la sensación de que el verdadero cambio no puede
producirse. Los agentes del cambio perciben que están atados de
y manos para encarar las
iniciativas realmente necesarias.
Por último, si las personas conocen lo suficiente
sobre el cambio a encarar y se sienten capaces de realizarlo, empieza a tener
mucha importancia la verdadera voluntad de cambiar. En algunos casos, el cambio
despierta sentimientos negativos en las personas y éstas sencillamente no quieren cambiar; ya que consideran que no les conviene o que
las obliga a moverse fuera de su zona de comodidad.
Cómo plantear el cambio.
Dado que el cambio puede resultar en ocasiones muy
complejo, estas recomendaciones pueden ayudar a reducir las dificultades que
podrían surgir durante este proceso:
1. Tratar de comprender las
reacciones psicológicas inherentes al cambio.
A continuación se presentan los tres factores
principales que hacen que el cambio parezca amenazador:
1. La sorpresa. Los anuncios repentinos y los sucesos inesperados
sacan de equilibrio a las personas. Cuando éstas sienten que no están
preparadas y que no controlan la situación, la resistencia parece ser la única
manera de sobrellevar el cambio.
2. La usurpación. Algunos empleados se sienten agredidos porque
consideran el cambio como una invasión a su territorio.
3. El sentimiento de
pérdida. Un descenso de jerarquía, la privación de
privilegios, la incertidumbre con respecto al futuro y la afectación de los
intereses personales, son pérdidas características, reales o imaginarias.
2. Comprender por qué el
cambio puede representar una amenaza para quienes se ven afectados por él.
Estos tipos de dudas asaltan a los empleados:
4. ¿Perderé
mi trabajo? Esta preocupación puede surgir a causa de una modificación
en el arreglo del departamento, o el nombramiento de un nuevo jefe o asistente.
5. ¿Me será
difícil o imposible dominar el nuevo método? ¿Podré adecuarme a un
cambio de equipo o de instalaciones?
6. ¿Tendré
que cambiar mi forma de hacer las cosas? Las personas se apegan a sus
hábitos. Se sentirán a disgusto si se interfiere con sus prácticas habituales.
7. ¿Se
reducirán las posibilidades de ascenso por
el ingreso de nuevos empleados en mi departamento?
8. ¿Representará
el cambio mayor trabajo para
mí? ¿Serán más difíciles mis labores? ¿Menos agradables?
9. Los rumores acerca de probables cambios organizacionales,
¿significarán modificaciones en mi trabajo? ¿O pensarán despedirme! La
seguridad laboral constituye el fundamento económico y psicológico del
bienestar del empleado. Todo movimiento de reorganización se convierte en una
preocupación importante.
3. Utilizar un plan
escalonado para introducir los cambios:
10. Cooperación. En
la primera etapa de la planeación, recuerde que es necesario solicitar y
obtener la cooperación de aquellos individuos a quienes afectará el cambio. En
esta fase se deben incluir formas y medios para reducir los efectos.
11. Comunicación. En
términos generales, infórmeles en qué consiste el plan. Esto no significa que
se tenga que hacer un anuncio formal; pero sí comunicar a los empleados, en
forma individual o en pequeños grupos, acerca del plan general. "Hemos
pensado introducir dos turnos en la división..." La explicación de la
necesidad y de las razones para el cambio, constituye una parte fundamental del
planteamiento.
12. Participación.
Los afectados deben participar en el cambio. En su oportunidad, los encargados
de implantar la innovación deben expresar sus opiniones acerca de lo planteado,
señalar los problemas que presentan las propuestas, aportar sugerencias o
elaborar parte del plan.
En resumen.
Para que la introducción de políticas de cambio sea
lo menos problemática posible sería aconsejable observar estos cuatro puntos:
·
Si es factible someter los cambios a un período de
prueba. Aunque no siempre es posible aplicar esta medida, en algunos casos
estos períodos de prueba podrán resolver las dudas y despejar las sospechas de
los empleados.
·
Vigilar que los cambios se apliquen correctamente.
Tanto el ejecutivo que instituye el cambio, como los asistentes necesarios para
este fin, deben verificar que los planes se realicen como se había anticipado y
que se solucione cualquier suceso inesperado.
·
Obtener la cooperación de los afectados. En
ocasiones, la resistencia no desaparece y se manifiesta en la lentitud con que
el personal realiza sus labores, o bien, mediante un discreto sabotaje. Esta
actitud puede ser tan grave que se requiera toda la atención de los
supervisores.
·
Establezcer un programa de seguimiento. Algunos
cambios se desarrollan satisfactoriamente después de un tiempo. Empero, se debe
diseñar un programa de verificación para garantizar que el nuevo método se
utiliza como se había planeado y que los beneficios que genera no se vean
reducidos por una actitud negligente.
Una parte fundamental del seguimiento consiste en
la comparación del rendimiento real con las estimaciones. Si no se obtienen
buenos resultados, se perderá el propósito del cambio.
Es posible que el plan original se deba reproyectar
y reajustar. Y por supuesto, si entonces se logran o superan los objetivos, se
deberá agradecer a quienes planearon los cambios.
FUENTE: http://manuelgross.bligoo.com/20151210-resistencia-al-cambio-12-pasos-para-superar-los-no-sabe-no-puede-no-quiere
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