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domingo, 1 de mayo de 2011

LA DECADA DEL 70, LA HISTORIA DETRAS DE LA HISTORIA



LOS PILARES DE LA DECADENCIA ARGENTINA

Debe ser un compromiso de todo buen ciudadano buscar la verdad, la cual no debe teñirse de ideologías si pretende encontrar un poco de luz en la tan trillada historia Argentina.




El diccionario de la Real Academia española puede ayudar a definir el concepto. La verdad es descripta de la siguiente manera.


Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. Cualidad de veraz. Hombre de verdad. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende.



Alguna vez he escuchado que la única verdad son los hechos porque no sería posible negarlos. Lo cierto es que cada ser humano tiene una parte de esa verdad que se confunde permanentemente. Es muy posible que nadie pueda obtener la “pura verdad” de los acontecimientos ocurridos en nuestro país en la famosa década del 70 que aún hoy en la actualidad parece persistir y revivir de la mano de la vieja política argentina.


Es lamentable observar la existencia de muchos manipuladores de la década que acomodan las circunstancias y los hechos de acuerdo a conveniencia. Quizás la novela del escritor y periodista argentino Osvaldo Soriano, denominada “No habrá más pena ni olvido” sea el reflejo fiel de aquellos años vividos. Esa novela dio origen a una película filmada en la ciudad de Capitán Sarmiento y luego publicada en 1978.


En aquella película podía verse como fracciones civiles de izquierda y de derecha pugnaban por el poder hasta la intervención de los militares. En aquella película podía observarse como civiles (políticos – sindicalistas – obreros, etc.) se mataban entre sí por “creer” en una filosofía política que a la luz de los acontecimientos y décadas posteriores tuvo libres interpretaciones.
Lo cierto es que muchas personas tanto de una identidad como de otra, murieron creyendo en un “ideal”, pensando que una “ideología” o pensamiento único podrían convertirse en permanente y cambiar el mundo.


La historia de la humanidad nos demuestra a menudo que deben existir fuerzas contrapuestas que mantengan un equilibrio, el cual se transforme en equilibrio social, económico, político. Cuando los extremos se han enquistado en el poder el resultado obtenido ha sido “tiranía y opresión” tanto de “derecha como de izquierda”.
En la famosa década del 70, muchos jóvenes murieron “creyendo en un ideal”, otros militares y civiles, también murieron creyendo en el deber cumplido. Se cometieron crímenes de lesa humanidad tanto en nombre de la derecha como también de la izquierda y el país fue sumido en un profundo caos y dolor abriendo una grieta social que hasta el día de hoy no ha podido ser cerrada, o quizás por conveniencia política, nadie ha intentado seriamente hacerlo por el bien de nuestra nación.

LA POLITICA COMO UN PROYECTO DE INVERSION


Las preguntas a esta altura de la historia serían, ¿La Argentina podría haber buscado su destino en forma pacífica?, ¿tantas vidas humanas de civiles en sus distintos roles han valido realmente la pena?
Las respuestas desde mi humilde punto de vista son SI y NO.

SI: Siempre existe la segunda opción, solo se debe estar dispuesto a buscarla. En aquella época, solo el camino de las armas fue el estudiado y la palabra diálogo fue desestimada por completo. Las personas “presas” de sus ideologías, no podían discernir ni evaluar caminos alternativos. Las personas que pergeñaron la toma del poder, tenían convicciones impermeables pero ciegas y carecían de valor autocrítico. El debate abierto y llano hubiera evitado muchas muertes. Las muertes ocurren cuando la razón pierde terreno sobre el fundamentalismo.
NO valió la pena tanta muerte y sufrimiento, y si no, veamos que ocurre hoy en el mundo y en la Argentina.
En el mundo existen pocos países que mantienen economías cerradas y adoptan ideologías extremas de izquierda o de derecha. Cuesta encontrar ejemplos concretos y quizás los haya en las dictaduras.
Lo cierto es que el mundo ha comenzado a abandonar las estructuras rígidas y a buscar en el pragmatismo las soluciones que no se encontraban en modelos acotados tanto económicos como sociales. Es por ello que se pueden adoptar medidas de izquierda o de derecha si son buenas para un país sin que a nadie le avergüence el hecho.


Hoy en la Argentina, aquellos cultores de las revoluciones populistas, tienen cuentas multimillonarias en entidades bancarias, viven gozando de las bondades del mercado y malgastan dinero sin temor a ser encasillados como “liberales”, aunque intentan cultivar una “imagen populista” que les ayude mediante los votos a ganar posiciones de poder.


En la Argentina de la década del 70 hubiera sido imposible juntar a personas con pensamientos de “derecha” y pensamientos de “izquierda”. Hoy los hay y trabajan juntos en un mismo proyecto político, ¿Por qué?


Porque la “política” pasó de ser un medio a un fin en sí mismo, porque hoy se la concibe en la Argentina como un proyecto de inversión en donde no importa nada más que el llegar y hacer dinero y juntar poder.


El dinero, es el factor aglutinante, y es junto al poder, el fin último. Poder y dinero son los conceptos que logran comprometer a personajes que en otras épocas se repelían.
La política esta tan devaluada en la Argentina, que la gente casi ya no se congrega en forma espontánea, y en muchos actos políticos a la gente sencillamente se les paga y se la lleva.

LA POLITICA DEBE VOLVER A SER UN MEDIO QUE RESUELVA LOS PROBLEMAS DE LA SOCIEDAD.


Las personas podemos tener “convicciones”, pero podemos dejarnos influir por el otro. Las personas podemos perseguir un ideal pero intentar encontrar mil maneras diferentes de llegar a él sin por ello dejar de respetar al otro. Incluso podemos llegar a él con el otro.
Dos personas que piensan distinto pueden trabajar juntas si tienen tolerancia y respeto mutuo.
El poder debe ser el medio para transformar una realidad, no puede ser un fin en sí mismo.
Creer que a esta altura de los acontecimientos, la política es solo vocacional sería una ingenuidad. Como todo servicio público la política debe ser remunerada y regulada con todo el peso de la ley para evitar la corrupción.
No hay país en el mundo que pueda avanzar en la búsqueda de su identidad y su desarrollo si no cierra sus heridas con VERDAD.


La VERDAD individual debe dar paso a la verdad COLECTIVA, que es la suma de todas las verdades, las que nos gustan y las que nos disgustan. Debemos aprender a buscar la historia detrás de la historia.


El bien común debe ser el concepto contenedor de cualquier pensamiento político u elaboración en ese sentido.
La verdadera historia de la década del 70 debe ser revisada con toda la objetividad posible si queremos que aquellos que murieron en aquel tiempo “representen” algo positivo en ella.
La política no puede representar para la sociedad una guerra de egos o vanidades.
Debemos comenzar por entender y difundir el verdadero significado de las palabras si queremos construir un país racional y generoso para sus ciudadanos.

El terrorista es terrorista, no es de izquierda o de derecha, lo mismo la tortura, lo mismo el secuestro, lo mismo el robo o la violación. Todas estas malas palabras no pueden ser toleradas en un estado de derecho ni tampoco justificadas bajo ningún concepto incluyendo la ideología, porque como dijimos, siempre hay más de una alternativa. Quizás cuando empecemos a entender esto, estemos en condiciones de sacar provecho de todas las lecciones que nos dejó la lamentable década del 70.


Este artículo se escribe inspirado en el respeto, el luto y el dolor provocado por todas las víctimas de la época, por todos los desaparecidos sin distinción. Por aquellos que creyendo en un ideal pero equivocaron el camino. En mi humilde opinión, la única forma de honrar a todos ellos es el lograr que nos inspiren a construir un país mejor sin corrupción económica e ideológica, sin rencores ni odios, que nos inspiren a modelar un país basado en las diferencias constructivas, el disenso, en los proyectos de largo plazo, y el respeto por los derechos de todos.


El perdón es la única venganza aprobada por el Universo.Silvia SchmidtEl que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.Martin Luther King

Este humilde artículo pretende convertirse en un pequeño homenaje a aquel hombre que supo interpretar y dejar grabado de puño y letra, uno de los acuerdos mas grandes logrados entre todos los Argentinos. Nunca Mas. Gracias maestro Don Ernesto Sábato por tanta Sabiduría.




El equipo Dorbaires.

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