Es posible que ante esta pregunta usted imagine una respuesta basada en
la tecnología, y piense en escritorios funcionales sin papel, con computadoras
de mano conectadas sin cables, manejadas por voz, y salas de video conferencias
instaladas en espacios comunes para empalmar con cualquier parte del mundo, e
incluso piense en robots interactuando
con los empleados, desarrollando ciertas actividades de rutina o hasta
hologramas de señoritas simpáticas de buena figura apareciendo en algún medio
audiovisual alternativo, y reemplazando a los hoy clásicos programas de venta telefónica del
tipo…”si usted desea comprar tal artículo
marque el 1, sino…..”
De
seguro estará en lo cierto y habrá más, pero los cambios no estarán basados
solamente en la informática, la robótica
y las comunicaciones. Las organizaciones deberán cambiar su configuración
estructural y porque no, sus “fines
existenciales”.
Estudios
de consultoras prestigiosas como Price Waterhouse se han manifestado sobre el
tema, diciendo que el mundo empresarial se dividirá en tres colores. El azul
representará al corporativismo, el cual reunirá a los empleados más
competitivos del mercado, el naranja, será el más flexible e innovador, y el
verde, se enfocará en la transparencia y la responsabilidad social empresaria.
En la
actualidad, en Estados Unidos, las organizaciones se hallan divididas en tres
sectores, las gubernamentales, las ONG’s y las empresas con fines de lucro. Hay
un cuarto tipo que ha emergido y se instaló para quedarse, son las llamadas B-Corps, las cuales combinan fines de
rentabilidad con aporte social.
Ya
existen más de 500 empresas en todo el mundo. En la Argentina y América latina
también tienen presencia.
Estas
compañías no tan solo buscan el lucro, sino también soluciones a problemas
sociales y medio ambientales. Las mismas obtienen una certificación tal como
podría ser las Normas ISO.
No
cabe duda que la “sustentabilidad” será una cuestión prioritaria en el futuro.
Las organizaciones no tan solo tendrán el desafío de generar rentabilidad
financiera y económica para sostener su actividad y brindar un desarrollo
profesional a sus empleados, también deberán bregar por la rentabilidad social,
la cual será una de las características a tener en cuenta por los consumidores
a la hora de optar por un producto – servicio u otro.
Para
aquellos jóvenes que comienzan la carrera de la vida, investigando sus gustos y
vocaciones laborales, también representará un desafió porque desde hoy mismo,
deberán sortear el interrogante sobre a qué tipo de organizaciones enviar sus
currículos, en definitiva, tendrán que iniciar el proceso de toma de decisiones
sobre el tipo de mundo y empresa al cual querrán pertenecer. La tarea no parece
sencilla, pero debemos ponernos en marcha porque el tiempo, pasa más rápido de
lo que uno se imagina.
Lic. Claudio M. Pizzi
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