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jueves, 27 de septiembre de 2012

¿Cómo serán las empresas en el año 2032?

Es posible que ante esta pregunta usted imagine una respuesta basada en la tecnología, y piense en escritorios funcionales sin papel, con computadoras de mano conectadas sin cables, manejadas por voz, y salas de video conferencias instaladas en espacios comunes para empalmar con cualquier parte del mundo, e incluso piense en  robots interactuando con los empleados, desarrollando ciertas actividades de rutina o hasta hologramas de señoritas simpáticas de buena figura apareciendo en algún medio audiovisual alternativo, y reemplazando a los  hoy clásicos programas de venta telefónica del tipo…”si usted desea comprar tal artículo marque el 1, sino…..”

De seguro estará en lo cierto y habrá más, pero los cambios no estarán basados solamente  en la informática, la robótica y las comunicaciones. Las organizaciones deberán cambiar su configuración estructural y porque no,  sus “fines existenciales”.

Estudios de consultoras prestigiosas como Price Waterhouse se han manifestado sobre el tema, diciendo que el mundo empresarial se dividirá en tres colores. El azul representará al corporativismo, el cual reunirá a los empleados más competitivos del mercado, el naranja, será el más flexible e innovador, y el verde, se enfocará en la transparencia y la responsabilidad social empresaria.
En la actualidad, en Estados Unidos, las organizaciones se hallan divididas en tres sectores, las gubernamentales, las ONG’s y las empresas con fines de lucro. Hay un cuarto tipo que ha emergido y se instaló para quedarse, son las llamadas B-Corps, las cuales combinan fines de rentabilidad con aporte social.
Ya existen más de 500 empresas en todo el mundo. En la Argentina y América latina también tienen presencia.
Estas compañías no tan solo buscan el lucro, sino también soluciones a problemas sociales y medio ambientales. Las mismas obtienen una certificación tal como podría ser las Normas ISO.
No cabe duda que la “sustentabilidad” será una cuestión prioritaria en el futuro. Las organizaciones no tan solo tendrán el desafío de generar rentabilidad financiera y económica para sostener su actividad y brindar un desarrollo profesional a sus empleados, también deberán bregar por la rentabilidad social, la cual será una de las características a tener en cuenta por los consumidores a la hora de optar por un producto – servicio u otro.
Para aquellos jóvenes que comienzan la carrera de la vida, investigando sus gustos y vocaciones laborales, también representará un desafió porque desde hoy mismo, deberán sortear el interrogante sobre a qué tipo de organizaciones enviar sus currículos, en definitiva, tendrán que iniciar el proceso de toma de decisiones sobre el tipo de mundo y empresa al cual querrán pertenecer. La tarea no parece sencilla, pero debemos ponernos en marcha porque el tiempo, pasa más rápido de lo que uno se imagina.

Lic. Claudio M. Pizzi

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