No es menor la cantidad de gente que cree que
seleccionar a un individuo para un puesto de trabajo es publicar un aviso en
internet o en un periódico local, esperar a que lleguen los CV’s y filtrarlos
por el salario solicitado, y luego elegir y entrevistar una terna para escoger
al que más nos gusta, o el que menos dinero pidió, o el que encaja en la
estructura salarial, no importa si nos referimos a pymes, empresas de familia o
multinacionales.
Otros en cambio le dejan el trabajo a un selector, dándole
los siguientes datos para que inicie la búsqueda: “hombre o mujer, de 21 hasta 45 años, con título universitario, o
matriculado y más de 4 de experiencia”. ¿Se imagina la cantidad de personas
que podría entrar en la descripción?, o pedidos incoherentes como “joven de 25 años con al menos 5 de experiencia
en el puesto, estudios universitarios completos, idiomas……”.
¡Qué lejos estamos de entender el “arte de seleccionar
personal!
Para poder realizar una buena selección debemos prestar
atención a varias situaciones que se relacionan unas con otras.
La empresa:
¿quién es?, ¿qué quiere del candidato, que tipo de paga – beneficios - salario
ofrece, con qué tipo de jefe va a trabajar, que estilo de liderazgo aplica a
sus subordinados, como son sus futuros compañeros, se podrá amoldar a ellos, se
toma a una persona para cubrir un puesto, o se pretende que esta tenga un
desarrollo de carrera?, ¿en qué condiciones va a trabajar?, ¿bajo presión?
El contexto:
¿Existe el perfil que buscamos en la región o zona?, ¿Qué pasa si no lo
encontramos, ¿la empresa estaría dispuesta a buscarlo en otra localidad?, ¿qué
ocurre si todos los candidatos con el perfil adecuado se exceden en términos de
salarios solicitados?
El método:
¿Cuáles son los métodos de selección elegidos?, ¿son profesionales,
psicológicos, que tipo de test -
preguntas se utilizan para evaluar al candidato, o solo se elige por el salario
pedido?
El selector:
¿Quién es el entrevistador, tiene experiencia y la suficiente información para
trabajar en la búsqueda, es capaz de sostener una conversación con personas de
mayor edad y conocimientos que ella?, ¿conoce aspectos técnicos del puesto que
se busca?, ¿Cuáles son los criterios que utiliza para decir, “este sí, este
no”?
El trabajo, para buena parte de la sociedad todavía hoy, es
considerado el motor del crecimiento individual y familiar, y un elemento que
conecta a las personas con la sociedad. A pesar de nuestra realidad país –
región, “el trabajo significa hoy, motivo de orgullo y esperanza”. Una persona
planifica su vida, envía a sus hijos al colegio, se alimenta y se viste en
función al presupuesto que tiene. Cuando una persona no es correctamente
seleccionada, y luego se lo despide, el mal que se le hace es en extremo grave,
y hay que multiplicarlo por cada miembro del grupo familiar. El daño moral y la
sensación de “no servir”, “de estar fuera del circuito laboral y el no saber
cuándo podrá volver”, que sienten los desocupados, no es reparado por una
indemnización económica, sobre todo cuando hablamos de “obreros o trabajadores clase media, sean estos operarios u
oficinistas”. El contrato de trabajo es
desigual, y las proporciones no son equivalentes. Todos somos capaces de
observar que la demanda de trabajo supera ampliamente a la oferta. Esta
situación de por sí, genera abusos, es por ello que las empresas, deben cumplir
un papel central a la hora de buscar personal. No deben dejarse tentar por esta
desigualdad de fuerzas, y deben considerar a la selección como un “arte
complejo” en donde todo esfuerzo aplicado a la tarea es saludable tanto para la
compañía como para las personas. No cuesta nada tratar a los postulantes con
respeto y cortesía, ni tampoco avisarles
que “no fueron seleccionados si esto ocurre, para evitarles un desgaste por una
espera innecesaria”, o, aconsejarles sobre cómo deben enviar sus currículum
vitaes, e incluso orientarles sobre qué tipo de puesto deben solicitar en
función a su edad, conocimientos, necesidades, aspiraciones y posibilidades.
Tenemos una responsabilidad social muy grande con aquellos que están buscando
emplearse y que saben que no tienen otras chances de edificar su vida sino a
partir de una ocupación en relación de dependencia.
Muchas veces he escuchado a selectores decir que “es mucho
trabajo leer un currículum extenso”, o que preseleccionan personas por la edad,
gustos o lenguaje con el cual son afines. Tanto esta tarea como cualquier otra
no puede ser realizada con éxito si no se siente vocación por ello, sino se
hace con responsabilidad y profesionalismo, pero fundamentalmente, en este
caso, si no se siente un profundo respeto por el prójimo.
Lic. Claudio M. Pizzi
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