Nuestro
mundo fue cambiando, y se refleja en la diversidad empresarial. El universo de
los negocios cada vez más amplio, se va separando de las actividades primarias,
las que podríamos denominar “a granel”.
La tecnología avanza y las máquinas tienen cada vez mayor presencia
entre nosotros. Estas reemplazan mano de obra, tanto calificada como no
calificada. A la par, lo que ha crecido es la gama de servicios. Palabra que se
ha incorporado al sistema de producción y se ha regado por todos los procesos paralelos
(distribución, compras, almacenamiento, administración, etc..….)
Es difícil
en la actualidad separar la palabra PRODUCTO de la palabra SERVICIO. Por tal
motivo, en buena parte de ese “universo de negocios”, la actividad humana sigue
siendo central, lo cual apoya mi teoría acerca de la gestión de personas.
“En buena parte
de la actividad empresarial, ya no es posible pensar a las empresas como
vendedoras de productos y servicios, y
menos aún creer que estos, generan la rentabilidad sostenible.”
Muchos titulares y gerentes piensan al respecto que el fin de sus empresas es vender “productos y servicios”
a sus clientes, y que sus clientes, se satisfacen plenamente a través de lo que
compran. Por lo tanto, quien tiene el mejor producto tiene mayores posibilidades
de satisfacer a sus clientes y de obtener nuevas compras. Si esto fuese así, el
mundo sería solo de las primeras marcas, sin embargo, las encuestas dicen que
en más o en menos, el tejido empresarial
se nutre de PYMES, de pequeñas y medianas empresas que generan el mayor porcentaje de mano de obra mundial y en consecuencia el poder de consumo, entonces, ¿cuáles son las claves para perdurar en el
tiempo?
Una de ellas es entender que los productos y servicios, son un medio, pero no
el fin último. La satisfacción y aprobación de un cliente proviene de muchas
fuentes: confianza, responsabilidad, trato, aptitud y
actitud demostrada por la empresa frente a ellos.
No
existe el producto, el precio y las condiciones ideales, solo pocas compañías
pueden pretender crear esa ilusión. Las empresas HOY dependen de su gente, en
mayor medida que en las épocas pasadas en donde la producción en serie y el
desconocimiento, creaban el ambiente ideal para no atender los deseos de los
consumidores.
El
mundo actual, “chico”, e interrelacionado, nos obliga a interpretar que en buena
parte de nuestras organizaciones, lo que producen los beneficios sustentables,
son las personas. Por ello, el aprender a cuidarlas y a motivarlas para obtener
lo “mejor” en materia de productividad y
creatividad, es central para poder definir un horizonte futuro en la compañía.
En
muchas empresas pymes y familiares, hace falta “satisfacer esta necesidad
encubierta”. Las compañías que han crecido y se han desarrollado, tuvieron en
cuenta materias tales como el “coaching, la capacitación estratégica, los
equipos eficientes de trabajo, el liderazgo estratégico,el adecuado balance vida & trabajo, el
capital intelectual, entre otros”.
En la
actualidad, el desarrollo de los emprendedores,
empresas pymes y familiares, tendrá dos ejes centrales. Un adecuado “diseño
organizacional”, y el “cuidado de
los activos humanos”.
Hemos
enfocado nuestro trabajo en el “Proyecto Da Vinci”, una serie de tres textos.
Los dos primeros ya han sido editados:
“Organizaciones
Sustentables”, De la Idea al Diseño, trabaja los diferentes aspectos vinculados
a la Arquitectura Organizacional (logro de flexibilidad estructural - responsabilidad social empresaria, diseño y selección de personas - procesos de crisis - políticas de incentivos - gerenciamiento saludable, etc.)
“Personal
sustentable”, Cuidando los Activos Humanos, es un texto que ya está a
disposición del público en la Editorial Buyatti, Cúspide, el Ateneo, otros,… y trabaja
los diferentes aspectos que hemos mencionado en la nota, estrictamente necesarios para
poder hacerle frente al futuro financiero, económico y social de las empresas,
de una manera sostenible.
“La sociedad de los excedentes tiene un excedente de empresas similares.”
Tom Peters
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