Buscando al equipo sustentable.
La vida es dinámica y compleja, y este principio aplica a
nosotros como personas comunes, como profesionales, e indirectamente a las
relaciones, a las organizaciones.
Algunos simpatizantes de Boca Juniors hoy podrían pensar en
las decisiones pasadas y decir:
“Cuan equivocados estábamos al contratar a Carlos Bianchi
como técnico de Boca”, o incluso decir, “las segundas partes nunca fueron
buenas”. Podemos atarnos a conclusiones y frases hechas, pero difícilmente
encontraremos alguna reflexión importante en ellas, justamente por lo dinámico
y cambiante de los acontecimientos.
Cuando el ex director técnico Julio César Falcioni, deja de
ser el técnico de Boca, le deja a la institución, un torneo local ganado de
manera holgada (invicto en 30 partidos y con 12 puntos de diferencia al segundo
mejor equipo), una copa argentina, torneos locales peleados hasta el final, y
un subcampeonato de América (pierde la copa libertadores en la final contra el
Corinthians), y la clasificación para la copa libertadores de América 2013.
Como las últimas actuaciones del equipo fueron flojas, los simpatizantes del
club pidieron su alejamiento y la vuelta del Virrey C. Bianchi.
En ese momento, “la vara de la institución estaba demasiado
elevada”. La decisión de contratar a Bianchi, fue lógica y lineal. Bianchi había ganado siendo
director técnico, 7 títulos nacionales, 8 copas internacionales, 3
intercontinentales. Es el técnico más ganador del fútbol argentino.
La linealidad suele eliminar la complejidad a la hora de decidir.
Funciona de esta manera:
Si Falcioni no pudo
ganar la Libertadores, Bianchi lo hará porque ya la ganó.
En las organizaciones pasa lo mismo. Un gerente no puede
resolver un problema, entonces otro lo hará, lo que significa despedir al primero.Cuando se toman este tipo de decisiones, por lo general se
omite estudiar la situación contextual del gerente actual, su poder para tomar
decisiones, su materia prima (jugadores), sus necesidades y restricciones, etc.
La siesta fue demasiada
En la decisión tomada, hubo un factor que no se tuvo en
cuenta. Bianchi dejó de dirigir a Boca en el 2004, pasaron 8 años. Cambió la
generación de deportistas, la sociedad, la forma de pensar sobre el compromiso,
la camiseta y el éxito. Cambiaron las prioridades para la sociedad y para los
futbolistas (no para todos).
El cambio, es lo único permanente reza una frase. Hoy
algunos jugadores de fútbol, como algunos empleados en las organizaciones,
piensan más en el dinero que en el compromiso (camiseta). Algunos podrán pensar
que estamos ante una crisis de valores. Debemos decir que estamos ante un
cambio en la apreciación de los valores. El futbolista hoy privilegia su
carrera económica. Sabe que la misma es corta, por tal motivo, decide ir a
jugar al exterior para hacerse de un patrimonio sólido. Es por ello que el
“compromiso”, lo asumen jugadores de mayor experiencia, que hicieron dinero en
Europa u otras plazas, y que faltándole
poco para terminar sus carreras deportivas, retornan con la idea de jugar en el
equipo en donde se iniciaron, fueron gratificados, o son simpatizantes.
La visión cambió y cambiaron las prioridades:
ANTES = OBJETIVO PERSEGUIDO = “La ilusión de jugar en un equipo grande de
primera división”
HOY = OBJETIVO PERSEGUIDO = “Llegar a una institución vidriera para lograr emigrar rápidamente a un club del
exterior para hacer la diferencia económica”
El actual
delantero de la Juventus e ídolo de Boca, Carlos Tévez, dialogó con Radio La
Red y afirmó su deseo de volver a vestir la azul y oro: “Quiero volver a Boca entero para seguir haciendo
historia. No quiero que la gente diga que volví a Boca para robar. Yo estoy
salvado y vuelvo por amor”, contó el Apache.
Aún así,
no se mostró tan optimista como lo hizo Angelici con respecto al día de su
regreso: “Me
quedan tres años de contrato con la Juventus. Luego, pensaré en Boca sin
dudas”. Y, expresando lo que siente por Boca, manifestó: “Mi amor por la
camiseta de Boca no la cambio por nada. En Boca yo jugaría gratis. Sueño
retirarme en Boca”. Fuente: http://www.lanumero12.com/2013/12/20/tevez-quiero-volver-boca-para-seguir-haciendo-historia/
Bianchi no perdió sus conocimientos como técnico. Asumió una
función que había dejado hace tiempo. Su materia prima había cambiado, hecho
que lo llevó a cometer un buen número de
errores, desde el sistema de entrenamiento, la comunicación con los jugadores,
el abordaje de los conflictos grupales, el sistema de principios y valores, el de recompensa y castigo,y la elección del tipo de jugador de
refuerzo entre otros. Igual suerte ocurrió con Ramón Díaz.
"Mi deseo siempre es volver. No sé si será
en diciembre, en un año o dos, pero sé que lo voy a hacer", afirmó el
Torito. Para que eso suceda, el delantero habló sobre el necesario recambio de
dirigentes millonarios. "El nuevo presidente tiene que tomar la
experiencia de todo lo que pasó para que no se vuelva a repetir. Tenemos que
volver a estar en los primeros planos", dijo. Cavenaghi y sus ganas de
volver a River. Fuente:
Un caso similar es el de Ramón Díaz en River, 5 títulos
nacionales, 2 internacionales. Se despidió de River en el 2002 y volvió luego
de una década. Al principio siempre decía conocer al club, pero el club que él
conoció fue el RIVER DE LA GLORIA, no el de los problemas financieros –
económicos, no el River que descendió de categoría. El año 2013 encuentra a
ambos técnicos, con bajos resultados, inmersos en un mar de excusas. Lo que
funcionó en el pasado, no funcionó en el presente.
¿Qué ocurrió?, ¿acaso las segundas partes no son
buenas?, si fuese así, Bianchi con Boca no hubiera ganado
los torneos disputados en el período 2003-2004, durante su segunda etapa en el
club.
Lo que ocurrió fue el
cambio. ¿Porque si hoy en día un empleado no piensa las 24 horas en su
trabajo, porque tendría que hacerlo un futbolista?, ¿Por qué los empleados de hoy tendrían que dejar de
lado sus aspiraciones de mejoras en calidad de vida, o pensar en un compromiso
sin retribución justa, porque tendrían que pensar en un proyecto vacío de
contenido, que no enamora, en donde los beneficios concretos quizás nunca
lleguen?, ¿Qué diferencia habría entre un futbolista, un oficinista, un obrero?
Son mayoría las organizaciones que contratan personal
disconforme que hace su trabajo por necesidad.
Es el mismo caso de los futbolistas que tienen la cabeza en otro lado. Por ello es indispensable en el
fútbol, en las organizaciones, en la vida, pensar primero en un proyecto sustentable
para luego elegir meticulosamente al capital humano que le dará vida.
La cara del
futbolista, molesto por la decisión del entrenador de trabajar doble turno, es la
misma del empleado cuando su jefe le dice que debe quedarse después de hora
para realizar una tarea especial para la casa matriz.
En el futbol actual, sacando los casos de BOCA y RIVER, hay
ejemplos de éxito. La experiencia es una parte de las “competencias”, pero no
es la única. La actualización, la capacitación, son las herramientas para vivir
en un mundo complejo en el cual hay que trabajar para adaptarse y buscar dentro
de la adaptación, nuevos objetivos superadores.
La idea no es contratar futbolistas o empleados por sus
condiciones o cualidades técnicas. Sin pasarlas por alto, se trata de contratar
a aquellos que crean firmemente en el proyecto. Hoy día en las empresas se
desprecia el conocimiento acumulado. No siempre el tener empleados jóvenes es
sinónimo de adaptación a los cambios. El fútbol es un ejemplo. Las empresas
desprecian a los viejos jugadores, creen que pueden moldear solo a los jóvenes,
pero como dijimos, mientras se hace el intento, algunos de esos jóvenes están
pensando en emigrar hacia otras empresas.
La valoración económica de los jugadores, es otra historia.
Un jugador joven tiene un valor de venta mayor que uno próximo a terminar su
carrera, no obstante ello, en el fútbol como en las organizaciones, cuesta
encontrar jugadores de experiencia con técnica para patear un tiro libre, para
ordenar al equipo, que tenga “panorama”,
que no le tiemblen las piernas a la hora de patear el penal. En el
fútbol, este tipo de jugador es requerido, parece no ser el caso de las
empresas, por lo menos de algunas.
El management y los negocios se parecen mucho al fútbol, no
siempre se debe correr, hay momentos para pensar (en el futuro, en que queremos y como lo queremos), para actuar, para transpirar,
y otros para sacar el temple que hay en cada uno de los jugadores (en los momentos de crisis por el que pasa todo equipo, incluido el Barcelona de Messi). Ambos no son matemática, dos más dos puede ser cuatro, más, o menos cuatro. Creer que tener
figuritas en un grupo es tener un equipo es estar equivocado. Hay que tener una
estrategia, un rumbo, una idea para luego elegir quien la represente mejor.
Los códigos, los valores y principios, las reglas de juego
son vitales dentro del equipo. No se ganan los campeonatos con jugadores
egotistas, se ganan campeonatos con jugadores de equipos que no traicionen
estos parámetros establecidos. Boca ganó todo en lo deportivo, con dos líderes antagónicos como
Riquelme y Palermo. Eso se pudo lograr porque dentro del campo de juego, se respetaron
las reglas y al conductor del proceso.
Es esperable que en una organización haya conflicto de
intereses, pero se puede llegar al éxito si existe un código de ética, unas normas de procedimiento respetadas por todos y un estilo de liderazgo que sea capaz de unificar criterios y marcar el rumbo adecuado.
Tanto Carlos Bianchi como Ramón Díaz, tendrán nuevas
oportunidades para lograr éxitos, pero la lección aprendida sirve para todos.
El ejemplo es válido para aquellos emprendedores y empresarios que piensan que
las recetas exitosas del ayer se pueden aplicar en el hoy o en el mañana. Así como en el fútbol se dice que los
que ganan los partidos son los jugadores, de la misma manera en las
organizaciones, los que ganan los partidos ante los clientes, los proveedores y
la comunidad son los empleados. Cuán importante es saber elegirlos, darle un
marco de actuación adecuado, motivarlos, orientarlos, y fundamentalmente tener un marco
de actuación que les permita saber cuál es el rol que deben cumplir en la
organización, y cuál es su contribución al equipo, y retribuirles adecuadamente
por su tarea tanto en los aspectos económicos como emocionales.
Pararse en el éxito del pasado y actuar con soberbia, no es la
respuesta a las necesidades de hoy. No debemos confundir “mentalidad ganadora
con soberbia”. El líder que necesita un equipo ganador es aquel que aplica la
sabiduría y la reflexión por sobre los pergaminos.
Un equipo exitoso, tanto en la organización como en el
fútbol, es un equipo liderado por personas que entienden el cambio. Un grupo de
jugadores comprometidos con el proyecto, con la suficiente ambición para lograr
resultados exitosos. Un equipo balanceado de experiencia y juventud en donde
cada integrante es conocido (se sabe lo que necesita para funcionar
adecuadamente), valorado y respetado.
La experiencia futbolística nos dice que no se trata de
incorporar por incorporar, y que los grandes planteles no necesariamente se
transforman en grandes equipos. En la actualidad, muchos jugadores y empleados
juegan y trabajan por la gloria deportiva. Como decíamos, primero debemos tener
en claro hacia donde queremos ir (VISION), luego debemos generar el proyecto
para luego elegir al TECNICO – LIDER que lo llevará adelante, y a los jugadores
que representen el espíritu de la institución – organización.
Si las organizaciones no apuntan a la sustentabilidad, si no
son capaces de formar equipos sustentables con personal sustentable, seguirán
la misma suerte que algunos equipos de segunda división. Podrán salir campeones
de una categoría inferior, pero nunca podrán competir en las grandes ligas. En
estas últimas juegan los grandes, los que saben cómo forjarse una historia, un
presente y un futuro.
No hay inteligencia
allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio.
Herbert George Wells
El equipo dorbaires
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