En
el esquema de comercialización y producción de una empresa, el manejo de la
logística y el stock es imprescindible en términos de generar buenas respuestas para los clientes.
En
los comercios, distribuidores, los problemas observables tienen que ver entre
otros con el manejo de la fuerza de ventas.
Existe
un momento en la empresa en donde todo el trabajo se reduce a gestionar la
llegada de los productos al stock. Pedido de la mercadería, revisión de
proveedores, movimiento de la documentación (despacho a plaza), pago,
nacionalización, traslado al depósito, distribución en el depósito, vigilancia,
etc. En lo que respecta a los tiempos, existe una constante lucha y
preocupación tanto en el proceso de producción (retrasos, paradas de planta)
como en el de compra (embarque en origen, cumplimiento del pedido en origen,
que lo solicitado a través de las muestras sea lo que realmente se recibirá).
Esta
situación queda resuelta, bien o mal, cuando la mercadería es almacenada en el
depósito. Los problemas posteriores tienen que ver con la distribución de esa
mercadería entre los clientes. Aquí el vínculo con el cliente se hace más
estrecho porque suelen generarse los problemas “visibles” de comercialización,
que tienen que ver con calidad, plazo de entrega, precio y cumplimiento
integral del servicio.
Cuando
las empresas disponen de stocks limitados, y deben surtir la mercadería entre
los clientes, se genera usualmente una puja entre los vendedores. Las notas de
pedido, no siempre se “sirven” en tiempo y forma y eso genera roces con los
clientes.
Muchas
veces se desarman pedidos a futuro para cumplir con los actuales, sea por
mejores condiciones de venta (pago en efectivo), por compromisos asumidos, etc.
En
algunas empresas distribuidoras, el problema se hace más complejo cuando, la
mercadería ni siquiera se encuentra en stock (esta en viaje), y sobre esos
datos, se empiezan a tomar pedidos de venta.
Usualmente
esas distorsiones en el stock generan “incumplimiento”, incumplimiento que
tiene que ver con la desinformación del vendedor respecto de las cantidades en
existencia, a la hora de ofrecer productos.
Para evitar estas
situaciones, es recomendable trabajar con cierta seguridad en la materia:
- Si se anticipan ventas, reasegurar al cliente la provisión de la mercadería aunque esta deba conseguirse en otros proveedores.
- Manejar el stock con un pronóstico de ventas estimado, para poder conocer con anterioridad que cantidades pueden ser vendidas y cuáles no.
- Si los problemas de capital de trabajo son crónicos, y la insuficiencia de stock, es recurrente, seleccionar el set de clientes de mejor performance en la empresa. Clientes destinatarios de la mercadería disponible.
- Manejar un stock real y uno proyectado, descontando las notas de pedido a servir, para que los vendedores puedan trabajar sobre un stock potencial. Si las notas de pedido se encuentran en status de aprobación o revisión y no se bajan “preventivamente del stock”, es probable que se generen conflictos a la hora de la entrega. Sobre todo cuando la aprobación de los pendientes, suele representar un mero trámite burocrático.
El
manejo del stock es sumamente importante porque una vez que la mercadería se
encuentra en el depósito, hay que empezar a cumplirle la promesa al cliente. El
no hacerlo genera problemas complejos, no tan solo en la cuenta de ventas, sino
también en el posicionamiento y la imagen de la empresa.
Lic. Claudio M. Pizzi
Director
www.dorbaires.com
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