Un
análisis a fondo del año que le depara a la Argentina. Dólar, inflación y
construcción. Qué dicen los analistas. Por Carla Quiroga 30 de Diciembre 2015
Las
medidas económicas anunciadas por el Gobierno predicen un 2016 en el que “las
cartas volverán a repartirse”. Un año en el que quienes integran la mesa chica
del presidente Mauricio Macri sueñan con una inflación del 25 por ciento,
aunque las consultoras privadas ya predicen que superará el 35 por
ciento.
Sin
duda, la prueba más difícil será atravesar los primeros tres meses del año,
período aún afectado por la inercia inflacionaria de un diciembre en el que los
precios se dispararon por las expectativas que generaba la salida del cepo y la
“avivada” de algunos sectores remarcando preventivamente.
Consumo
planchado y salarios reales más bajos. Esta es la foto que anticipan los
empresarios para el año que viene mientras esperan ansiosos el plan de metas de
inflación del ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay. Es que pese a que la
política fiscal será redistributiva con tarifa social de luz para los sectores
de menores recursos entre otras decisiones, no va a ser lo suficientemente
expansiva como para contrarrestar la caída en los salarios reales, lo que
impactará directamente en una pérdida del poder adquisitivo en los bolsillos de
las familias.
Las
mejores perspectivas se perfilan para el segundo semestre, siempre que la corrección
cambiaria muestre ser sostenible y el plan de infraestructura comience a
implementarse. “De todas maneras, difícilmente alcance para compensar el
desplome verificado en la primera mitad del año”, aclara en su informe la
consultora Ecolatina.
Todos
los actores, Gobierno, empresas y sindicatos saben que el pacto social
y la negociación de paritarias serán claves para determinar el éxito
del destino de la economía en el 2016. “Es que de ese número también
dependerá la inflación y, si se dispara, se corre el riesgo de que termine
licuando la corrección del tipo de cambio”, analiza un productor agropecuario,
uno de los sectores más beneficiados por las medidas de Macri. “El campo,
trigo, maíz, ganadería y lácteos son los mejor posicionados porque pueden
exportar al precio internacional y remarcaron en el mercado interno”, analiza
Marina Dal Poggetto, economista de Bein & Asociados.
“En
2016, los más beneficiados serán los sectores transables, ligados a la
exportación”, coincide el economista Dante Sica, director de Abeceb. En la
misma línea, su colega Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando
Ferreres, agrega la oportunidad que tendrán ciertos sectores de la
industria -“que tras la salida del cepo vuelven a tener
insumos”- sobre todo aquellos que no están tan ligados al intercambio con
Brasil.
“Históricamente
la Argentina vendía el 30 por ciento de sus exportaciones a Brasil y el
restante 70 por ciento a América latina. Hoy esa relación es 50-50 y la
oportunidad estará en la capacidad de volver a diversificar mercados”, analiza.
Uno
de los sectores más complicados, según el relevamiento de Ecolatina, será el
automotriz. Si bien gozaría de una mejora en la competitividad, seguirá
afectado por la recesión en Brasil. Incluso con la mejora de la competitividad
de las exportaciones, la menor demanda del principal socio comercial no
traccionará la producción de vehículos argentinos. Por otra parte, en lo que
respecta al mercado interno, la caída en los ingresos reales de los hogares
recortaría la compra de automóviles.
Naturalmente,
los especialistas consultados coinciden en que el agro lleva las de ganar no
sólo por la corrección del tipo de cambio sino también por la quita de
retenciones en el maíz y el trigo y la baja en la soja. Los productores
rurales ya vaticinan una ampliación del área sembrada del maíz y el
trigo. El efecto derrame también se dará sobre las economías regionales
-aún inconformes con un dólar bajo a $ 13- y de la mano la reactivación de
sector frutícola y la vitivinícola, natos exportadores.
La
devaluación encareció viajar los viajes al exterior, razón por la que se espera
un crecimiento del turismo interno y del receptivo, sencillamente porque a los extranjeros le resulta más barato veranear en
la Argentina.
Todos
los actores, Gobierno, empresas y sindicatos saben que el pacto social
y la negociación de paritarias serán claves para determinar el éxito
del destino de la economía en el 2016.
Otro
sector beneficiado será el de los bancos, mimado durante gran parte del período
que los Kirchner lideraron al país. El límite lo puso Cristina hace un par de
años cuando comenzó a establecer algunas limitaciones, como por ejemplo la
reducción de la diferencia entre la tasa pasiva y la activa, un panorama que
complicó el crecimiento del mercado de créditos local. De hecho, hoy la
Argentina es uno de los países con menor desarrollo de ese mercado en la
región (el ratio crédito/PBI es cercano al 15 por ciento mientras que el
promedio en los otros países ronda el 38 por ciento).
De
cara al futuro, la decisión del Gobierno de Macri de trabajar en el
fortalecimiento de la moneda local, el aumento de tasas y la generación de
instrumentos que dejen más del 30 por ciento anual genera expectativas
positivas por la posibilidad de que los inversores, dolarizados desde hace
años, comiencen a mirar al peso entre sus alternativas de inversión.
Mientras
tanto, el sector de la construcción arrancará lento pero firme el 2016, y
los analistas anticipan que tomará envión a medida que avance el año. Se
esperan más de $ 10.000 millones de inversión entre los nuevos
proyectos y los que los desarrolladores tenían en la gatera esperando alguna
señal de previsibilidad macro. En este sentido, resurgirá el valor del
metro cuadrado premium que superaba los US$ 5000/m2 porque quienes están
líquidos vuelven a destinar sus excedentes al ladrillo como refugio de
valor.
“Durante
los últimos dos años no pagaban más de US$ 4200/m2 .También se espera una
fuerte demanda de la mano de la reactivación del campo, de hecho habrá
mucho movimiento en ciudades del interior como por ejemplo Rosario”, agrega un
player del sector, quien adelanta que los precios en dólares aumentarán
entre 10 y 15 por ciento el año que viene. “Si bien se devaluó y deberían
bajar, van a subir porque los valores están planchados desde hace dos años”,
aclara.
Para la reactivación de la obra pública habrá que esperar
con suerte a la segunda parte del año. El informe de la
consultora Ecolatina advierte sobre la retracción de la obra pública (ya que se
necesitan liberar recursos públicos para traccionar al gasto social). Y por el
otro, las pequeñas obras ligadas a la mejora y ampliación de viviendas (más
vinculadas a los ahorros de los hogares) se contraerían en 2016. Otro sector
que se verá perjudicado por la corrección cambiaria es el comercio ya que la
caída en los ingresos reales va a erosionar el consumo. “Lo que sucederá es que
se reordenará el consumo. La gente gastará más en luz y comprará menos
gaseosa”, tiene otro punto de vista Spotorno.
Capítulo
aparte merece el sector energético en el que se esperan en los próximos años
inversiones anuales de entre US$ 15.000 y 20.000 millones. Es que la inminente
corrección de las tarifas de luz y gas reactivará a un sector postergado.
Por otra parte, el ministro Juan José Aranguren, alentará el desarrollo de las
energías renovables con subsidios lo que se espera genere oportunidades de
inversión.
FUENTE: http://www.apertura.com/economia/Economia-2016-que-sectores-ganaran-cuales-tendran-que-esperar-y-los-desafios-de-Macri-20151230-0001.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterApertura&utm_campaign=Apertura.com&utm_content=3&#
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