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jueves, 17 de septiembre de 2020

La culpa no la tiene el empresario sino quien le da de comer

 

Ley anti-despido sí, ley anti-despido no. Se han dicho muchas cosas al respecto últimamente, algunas correctas y otras no tanto. Se lo vio al presidente Macri frente a los empresarios solicitándoles que se porten bien, que no despidan gente y que no suban los precios.

Entendiendo que el presidente proviene del ámbito empresarial, me cuesta creer que ese pedido surja de su convencimiento sobre el tema. Más bien parecería ser un gesto político, sobre todo si recordamos la frase del ministro de economía de Alfonsín, Juan Carlos Pugliese, cuando en el año 1989 en medio de una crisis que afectaba al gobierno e intentando frenar una corrida bancaria sintetizó lo que ocurrió ante un pedido similar al empresariado argentino, “les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”. Cuesta creer que el pedido de Macri pueda surgir efecto luego del antecedente del 89.

El problema no son los empresarios, sino las políticas que se llevan adelante en los gobiernos. Un ejemplo que suelo utilizar para que el lector entienda, es la historia de aquel domador que pidió encerrarse en una jaula junto con el león del circo con el cual trabajaba. Pidió que le dejen  una cantidad variada de verduras y frutas y  apostó a sus compañeros que lo haría herbívoro. Pasado el tiempo solicitado, sus compañeros fueron a verlo y adivinen que: solo encontraron al león dentro de la jaula.

Un empresario se forma para convertir sus inversiones en rentables. Por ello existen organizaciones con fines de lucro y otras dedicadas a las cuestiones sociales como las fundaciones, las ong’s, y las empresas del estado que deben prestar un servicio cuidando el presupuesto que se les ha asignado.  En las organizaciones como en cualquier otro ámbito existen los dilemas y las contradicciones, y surgen a partir de los modelos de gestión que se aplican. La administración o dirección por objetivos, fue un término popularizado por Peter Drucker en un texto del año 1954. En esta lógica de gestión existen las metas a cumplir, su control y evaluación. Cada departamento en la empresa, cada persona tiene un desafío. Para competir en los mercados con posibilidades de éxito, se debe ser altamente productivo, eficaz y eficiente. Si un gerente financiero no aprovecha una oportunidad de mercado, como el alza de la tasa de interés para especular con los excedentes de fondos del capital de trabajo de su empresa, será mal evaluado por sus superiores y posiblemente sea despedido. ¿Cómo podría un gerente de producción mantener operarios ociosos si el nivel de actividad de su fábrica baja? Incluso los ciudadanos, muchos que suelen hablar mal de los empresarios, cuando observan cambios en la cotización del dólar, son los primeros que corren a sacar los depósitos de los bancos y a realizar la conversión a moneda extranjera. No es mi intención hacer de abogado defensor. Ellos pueden hacerlo muy bien. Un profesional debe buscar la verdad y el sentido común y no dejarse envolver por la política vacía de contenido de turno, aquella que se utiliza para justificar cualquier medida aunque sea ineficiente y genere más problemas que soluciones. Diferir la decisión de despedir personal no resuelve el problema de la baja de actividad.  Si un empresario pyme se encuentra evaluando la posibilidad de incorporar personal, una ley de esta naturaleza desalentaría el proyecto.

Las leyes son parte de las herramientas para instrumentar una estrategia. Para trazarla, primero se necesita realizar un diagnóstico adecuado. En segundo lugar, tomar decisiones para que el problema no se agrave.

El último censo en la Argentina fue realizado en el año 2010. ¿Cómo se puede llevar adelante un plan sin conocer el estado actual de las cosas? , ¿Se puede determinar qué cantidad de viviendas se deben construir si no se dispone de una cifra concreta?, de igual manera, ¿cómo podría proyectarse los flujos de fondos necesarios si no se pueden proyectar los recursos necesarios?

 Una estrategia es un rumbo. Dentro de ese norte debe haber espacio para los trabajadores, empresarios, comerciantes, estudiantes…cada uno cumpliendo su rol y agregando valor al país. Existen dos tiempos de gestión, el corto plazo y el largo plazo. En el corto, se puede hacer muchas cosas como por ejemplo: publicar precios promedio, mínimos, máximos para que el consumidor tenga una referencia concreta sobre lo que puede o no comprar. Precios de toda la economía para que los diferentes tipos de consumidores puedan ser los que efectivamente controlen el proceso inflacionario. Hacer acuerdos con las empresas para fabricar productos genéricos de bajo costo que puedan estar en las góndolas y ser opciones concretas para las familias de menores ingresos, ampliar el mercado central, fomentar los pooles de compras para abaratar el costo de las materias primas de las pymes, buscar acuerdos de financiación con planes de 24 / 36 cuotas a tasas reducidas para fortalecer el consumo, reducir la carga tributaria buscando algún criterio de gradualidad para las empresas que aumenten la dotación de empleados.

Abraham Maslow, desarrolló una teoría sobre la motivación humana en el año 1943 conocida como jerarquía de necesidades. En la base de la pirámide se encuentran las denominadas fisiológicas y de seguridad: alimentación, descanso, empleo, familia, salud, otras. En momentos de crisis, donde el resto de las necesidades no pueden ser debidamente atendidas, es imprescindible asegurar por lo menos algunas de las básicas. Creer que los precios van a bajar apelando a la sensibilidad social, es desconocer que el sistema es imperfecto, que crea prosperidad si los deberes se hacen bien, pero que genera asimetrías que deben ser contenidas, máxime cuando hablamos de una crisis.

El otro espacio temporal es el largo.  También hay muchas cosas por hacer como por ejemplo: apuntar a un esquema de ahorro para financiar el sistema de desempleo mejorando significativamente el pago del seguro y quitando la carga potencial del pago por despido a las pymes conjuntamente con planes de retiro voluntarios y pre jubilaciones, fondos que pueden provenir de actividades no muy fiscalizadas como el juego y la renta financiera, entre otras.

El gobierno no puede esperar a que los leones se conviertan en herbívoros porque ello no ocurrirá como tampoco la mágica bienvenida de capitales. ¿Por qué debería invertir un extranjero si no lo hacen los argentinos?

Es muy importante que el gobierno despierte y tome la conducción de los problemas. En el corto plazo, debe convocar a los diferentes actores económicos y establecer un sistema de medición de resultados, crear un comité de crisis intersectorial con la presencia de gobernadores, oposición, líderes sindicales y empresarios. En el mediano y largo plazo, buscan consenso sobre una decena de medidas que deben ser respetadas cualesquiera sean los resultados electorales, por ejemplo: sostenimiento de metas inflacionarias y gasto público, control presupuestario, publicación de datos e información sobre licitaciones, declaraciones juradas de funcionarios y todo lo que contribuya a la gobernabilidad sustentable del país. Lo demás es historia argentina, y está probado que no funciona.


Mg. Claudio M. Pizzi

Director

www.dorbaires.com

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